Dossier "Proyecto El Bala bajo la lupa"
En el marco de la propuesta del gobierno de convertir a Bolivia en el "centro energético" de la región, compartimos diferentes miradas para entender los trasfondos del megaproyecto hidroeléctrica en la amazonia denominado "El Bala- Chepete". (septiembre de 2016)
Evo Morales sentencia, si La Paz quiere la hidroeléctrica de El Bala, bien; si no quiere, también
"Si La Paz quiere El Bala, bien; si no quiere, también". Así reaccionó el presidente Evo Morales frente a las voces de rechazo que surgieron desde sectores como los indígenas al megaproyecto hidroeléctrico en una reserva natural en el norte.
"Si La Paz quiere El Bala, bien; si no quiere, también". Así reaccionó el presidente Evo Morales frente a las voces de rechazo que surgieron desde sectores como los indígenas al megaproyecto hidroeléctrico en una reserva natural en el norte de La Paz.
"Salvamos nuestra responsabilidad. De aquí a 20, 30, 40 o 50 años no digan: por culpa de Evo no ha habido El Bala, por culpa de Álvaro (García) no ha habido El Bala. Nosotros hemos avanzado bastante y sepan a quién echarle la culpa", afirmó en una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno.
El Mandatario añadió, no obstante, que no tiene información sobre un supuesto rechazo al proyecto, aunque de haber -consideró- es por una decuada socialización desde el Gobierno. "Tal vez sea nuestra culpa", reflexionó.
Lea además: Gobierno dice que el estudio a diseño final de El Bala puede demorar hasta un año y medio
El 27 de julio, la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y la firma italiana Geodata suscribieron el contrato para el diseño del Estudio Técnico y Preinversión del proyecto hidroeléctrico El Bala con una inversión de $us 11, 8 millones y un plazo de conclusión de 15 meses.
El emprendimiento comprende dos represas: El Bala y Chepete; y su construcción costará alrededor de $us 6.000 millones, ambas producirán más de 3.700 megavatios, según información oficial.
El vicepresidente Álvaro García aseguró el 11 de octubre que el Gobierno realizará la consulta a los pueblos indígenas de la zona de desarrollo del proyecto y advirtió que no ejecutarlo pondrá a La Paz en una situación difícil porque perderá su liderazgo económico y político.
Lea además: Gobierno advierte que La Paz perderá liderazgo económico-político sin hidroeléctrica El Bala
El fin de semana, pobladores del Parque Nacional Madidi y de la Reserva Biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas resolvieron dar un plazo de 72 horas al Ejecutivo para que instruya a ENDE y a Geodata el retiro de maquinaria y del personal en El Chepete y El Bala, donde tienen lugar los estudios para la construcción de la hidroeléctrica.
Morales comparó el rechazo con la resistencia indígena a la construcción de una vía por el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) entre 2011 y 2012. Esa situación, dijo, cambió y ahora le llegan cartas y notas de apoyo para su ejecución.
Apuntó sus criticas a Organizaciónes No Gubernamentales (ONG) que "usan a los hermanos indígenas" para sacar dinero del exterior y perjudicar a Bolivia.
Enlacesbolivia.net
Radio Somos Sur
En el programa radial de Somos Sur comentamos acerca de un aporte de Pablo Solón (de la Fundación Solón) sobre el proyecto de construir una mega planta hidroeléctrica en el Rio Beni; con comentarios de José Luis Saavedra y Maria Lohman.
A continuación difundimos un reportaje (dividido en cuatro partes) elaborado por La Pública: "El bala, el alto costo de la energía en la amazonia paceña":
Aportes de la Fundación Solón
¿Es El Bala la mejor opción para Bolivia?
Pablo Solón, 14 de agosto del 2016
El proyecto hidroeléctrico de El Bala será probablemente la más grandes inversión que se ha hecho en la historia de Bolivia en un solo proyecto. Según el gobierno este emprendimiento tendrá una inversión de 6.000 millones de dólares, monto superior a toda la deuda externa del país. ¿Estamos haciendo la inversión más inteligente? ¿El gobierno ha considerado todos los pros y contras? Y en un sentido más amplio, ¿ha tomado en cuenta otras opciones?
Según la Ficha Ambiental de este proyecto lo que sabemos es lo siguiente:
1) Serán dos represas en cascada. Una en la angostura del Chepete de 158 metros de altura y otra en El Bala de 22 metros de altura. La primera se pretende empezar a construir en los próximos dos años y la segunda en diez o quince años. La represa del Chepete inundará un área de 679.98 Km2 según los estudios de Geodata y tendrá una area total de influencia de 1,931 km2. Esto significa que se inundará una superficie superior a la ciudad de La Paz que tiene 471 Km2. El embalse del Chepete será el segundo “lago” más grande de Bolivia si el lago Poopó no recupera su caudal.
2) 2.314 habitantes se encuentran actualmente dentro de la región a ser inundada y 1.660 están en áreas colindantes que podrían ser afectadas. Textualmente el resumen ejecutivo que acompaña la Ficha Ambiental señala que el proyecto “afectará territorialmente, aguas arriba del Estrecho Chepete, a los centros poblados con tendencia a la urbanización (Inicua, Mayaya, Puerto Linares, Santa Ana de Mosetenes, entre otros), que son considerados Sindicatos Agrarios (colonizadores prioritariamente de tierras altas), si bien son demográficamente más concentrados, presentan menos escenarios de conflictividad, puesto que la reposición de tierras y fondos de apoyo, son herramientas prácticas de negociación para estos sectores, con fáciles condiciones de aceptación”.
3) La Ficha Ambiental señala que existen 733 especies de fauna registradas, pero que se estima un total de 1.100 especies de aves, “cifra por demás extraordinaria pues representa un 90% de la avifauna de Bolivia”. Así mismo el documento dice textualmente que “entre los mamíferos se destaca el jucumari u oso de anteojos, gato andino, o titi, taruca o venado andino, venado de cola blanca o ciervo, puma, jaguar, habiéndose reportado además variedades melanicas, el tigrillo, tropero, ciervo de los pantanos, londra, marimono, manechi, y varias especies de la familia callitrichidae. Entre las aves el águila crestuda, tunqui, harpia, colibrís endémicos y varias especies de aves pequeñas amenazadas endémicas de la región”. En cuanto a la flora señala que hay 624 especies registradas pero se estima que en realidad existen 2.500 “plantas superiores”. La Ficha Ambiental señala textualmente que los impactos serán “mortandad de fauna por inundación” y “caminos aperturados”, “alteración de ciclos reproductivos en fauna asociada (ovoposición de tortugas y caimanes)”, “eliminación de la vegetación en toda el área del embalse” y “fragmentación de ecosistemas”.
Las medidas de mitigación que propone la Ficha Ambiental para la flora y la fauna son bastantes genéricas. Lo más elaborado que hemos encontrado es el ascensor y la escalera para peces. Textualmente un documento anexo a la Ficha Ambiental dice: “El sistema establecido en este proyecto para la migración de peces, está constituido por una piscina receptora, la misma que contendrá un ascensor para llevar a los peces hasta el canal de tránsito que les permitirá franquear la zona de intervención del proyecto. Un ascensor tiene la finalidad de cambiar a un nivel más alto los peces a través de una cubeta, la misma que después se abrirá para permitir que continúen nadando por medio de un canal o sistema hídrico”. El documento no menciona cuánto costará este “sistema” y cuan efectivo será.
4) La Ficha Ambiental no hace una cuantificación de los gases de efecto invernadero que generará la tala e inundación de casi setenta mil hectáreas de bosques. No sabemos el impacto de la perdida de estos bosques como sumideros de dióxido de carbono ni la cantidad de gas metano que será liberado a la atmósfera agravando aún más el cambio climático.
5) Llama la atención que la Ficha Ambiental mencione que la vida util del proyecto será de 100 años cuando debido al calentamiento global muchos de nuestros glaciares desaparecerán en las próximas décadas y el ciclo de las lluvias será severamente afectado por el cambio climático y la deforestación en el Amazonas.
6) El costo de sólo el Chepete será de 6.337 millones de dólares y tendrá una potencia instalada de 3.300 MW con una generación eléctrica anual de 15.470 GWh. Según el documento de Geodata el costo promedio por potencia de megawatt sera de 2,1 millones de dólares. ¿Cuál será el costo por MWh generado y a que precio venderemos al Brasil? ¿La hidroeléctrica del Chepete producirá a un precio competitivo con la electricidad generada en Brasil?
7) En la Ficha Ambiental vemos que el proyecto del Chepete tardará siete años en construirse. Es decir que en el mejor de los casos el proyecto podría estar concluido para el 2024 o 2025 si es que las obras empiezan el 2018. ¿Cuál será la estructura de precios de la electricidad en el Brasil de aquí a casi una década?
8) El documento de Geodata dice que el 30% de la inversión de los 6.337 millones de dólares que costará el Chepete será financiada con recursos propios de Bolivia y el 70% vendrá de financiamiento externo. ¿Cuál será el origen de dicho financiamiento externo? ¿Banco Mundial, China, Brasil…? ¿Cuál será el interés y cuáles las condiciones de repago de esta suma que casi alcanza a nuestra actual deuda externa?
9) La Ficha Ambiental y los pocos documentos de Geodata a los que hemos tenido acceso no nos dicen nada sobre las otras opciones de inversión que podría tener Bolivia. ¿El gobierno ha hecho estudios para ver cuanta energía solar, eólica y de pequeñas hidroeléctricas se podría generar con los 6.337 millones de dólares y en cuanto tiempo dichos proyectos podrían estar ya en operación? ¿Por qué el gobierno ha priorizado la generación de electricidad en base a mega hidroeléctricas en vez de promover la generación de energía eólica y solar aprovechando los fuertes vientos y la alta radiación solar en varias regiones del país? Cómo referencia Chile ya tienen en operación 1.056 MW en energía solar y está construyendo plantas por otros 2.082 MW que estarán en operación mucho antes de que empiece siquiera la construcción de la hidroeléctrica de El Bala. Así mismo, Brasil ya cuenta con energías eólicas en operación con una capacidad de 8.739 MW y Uruguay con 845 MW. ¿Cuál será la potencia en energía solar y eólica instalada en los países vecinos cuando el proyecto del Chepete recíen entré en operación el año 2025?
Lo que está en juego es una de las mas grandes inversiones que marcará el futuro del país. Los bolivianos estamos en el derecho y la obligación de conocer TODA la información del proyecto hidroeléctrico de El Bala y considerar todas las opciones.
Conozca el documento: "¿Cuánto sabemos de El Bala y Chepete? Datos de la ficha ambiental, elaborado por Fundación Solón (PDF - 18,3 Mb) ...AQUÍ
VIDEO: ¿Qué sabemos de El Bala y Chepete? - Fundación Solón
Para más información vea también el dossier de Fundación Solón sobre el tema
Aportes del analista Gustavo Rodríguez Cáceres
Entrevista con Somos Sur:
En el programa radial de Somos Sur del 11 de septiembre, Gustavo nos menciona algunos puntos por demás importantes para tomar en cuenta sobre el megaproyecto "El Bala" en la amazonía boliviana. (20 minutos)
Nota de análisis:
Defender a las energías renovables de los ecologistas poco (in)formados y/o aprovechados
Gustavo Rodríguez Cáceres
El viernes 15 del presente, Página Siete ha reproducido la afirmación del exembajador de Bolivia ante las Naciones Unidas Pablo Solón que, en relación al proyecto hidroeléctrico de El Bala, decía: “6.000 millones de dólares de inversión para generar 3.600 MW. Es un costo de 1,6 millones de dólares por megavatio. Actualmente en Brasil, con una radiación solar de un tercio de la que existe en los Andes bolivianos, se está construyendo plantas de energía fotovoltaica a un costo de 1,1 millones por megavatio”.
Esta afirmación, por su forma y por la evidencia que presenta, parece ser conclusiva respecto a que la energía solar es económica y financieramente más factible que la hidroeléctrica; pero… ay…, es una afirmación completamente errada.
El error radica en que Solón compara el costo de capacidad instalada por megavatio en cada planta, un indicador referencial aunque nada definitorio respecto a la viabilidad económica y financiera de un proyecto eléctrico; lo realmente concluyente y lo que importa es la cantidad de energía que esa capacidad instalada puede llegar a producir, y eso depende de las horas de trabajo que cada planta pueda realizar.
Por ejemplo, si tanto la central hidroeléctrica como el parque fotovoltaico cuentan con una capacidad instalada de un megavatio, pero la primera trabaja 24 horas y a plena capacidad, y la segunda a lo sumo 10 horas y con capacidad variable en función a la intensidad de la radiación solar, con seguridad el costo del megavatio producido en la primera será menor al producido en la segunda; aunque, eventualmente, el costo de instalación de la primera haya sido levemente más alto.
En relación a los costos de generación eléctrica a nivel internacional, en general, puede decirse que la hidroelectricidad es más barata, luego está la termoelectricidad, y les siguen la eólica, la solar y, más atrás, la biomasa y la geotermia. Si bien, para hacer una comparación adecuada, en cada caso hay que tomar en cuenta la especificidad de las tecnologías de aprovechamiento, la escala para las que son formulados los proyectos, el precio de los combustibles fósiles, entre otros factores, podemos decir que los patrones de costos y de precios internacionales se repiten en Bolivia. Por lo que es errado pensar o dar a entender que, por ejemplo, la energía solar fotovoltaica puede ser más barata que la hidroeléctrica.
Llamo la atención sobre este punto porque el desconocimiento del verdadero alcance de las energías renovables, de sus posibilidades reales de aplicación, de los costos y las transformaciones sociales que implica, están en la base de las concepciones de Solón.
No, no estoy exagerando. Por ejemplo, en su libro ¿Es posible el Vivir Bien? Reflexiones a Quemarropa sobre Alternativas Sistémicas, que salió a luz el pasado junio, dice:
“En el caso boliviano, si un fracción de los miles de millones de dólares de fondos públicos que se están invirtiendo en exploraciones petrolíferas y gasíferas se invirtiera en energía solar y eólica comunitaria no solamente se podría satisfacer toda la demanda nacional sino incluso se podría pensar en exportar energía eléctrica limpia en vez de seguir vendiendo combustibles fósiles que calientan aún más el planeta”.
Voy a dejar de lado los errores económicos y financieros que implica la frase, para llamar la atención sobre esa ridiculez de energía “eólica comunitaria”. Digo ridiculez porque para que haya energía eólica no es suficiente que haya viento; de seguro que en todas las comunidades del país hace viento, con más fuerza y recurrencia en algunas épocas, pero para generar energía eólica se requiere que el viento sea permanente y a una velocidad relativamente constante.
De hecho, la mayoría de los generadores eólicos funcionan de manera óptima con vientos permanentes que corren alrededor de 10 metros por segundo (m/s). De acuerdo con el estudio Atlas Eólico de Bolivia (3TIER, 2009) sólo existen cuatro zonas donde el correr del viento cumple esas características y puede aprovecharse para generar energía eléctrica. Uno de esos lugares es la región de Qollpana, dónde el viento corre en un rango de 9,5 y 14 m/s, motivo por el cual se ha instalado el primer parque eólico de Bolivia en dicho lugar. Valga dejar anotado que el promedio nacional de la velocidad de los vientos se encuentra en alrededor de 4 m/s.
En ese contexto pensar que las comunidades pueden generar este tipo de energía induce, no a una alternativa sistémica sino a un error sistémico, que más adelante puede convertirse en un slogan inútil.
Lo más grave, sin embargo, es lo de “exportar energía eléctrica limpia”. Al parecer Solón desconoce que la utilización de las fuentes de energía renovable es técnica y financieramente factible sólo en un contexto de aprovechamiento local; comunitario, si prefiere. Este no es un capricho ideológico, ni nada por el estilo, sucede que las leyes de la Física y las condiciones económicas lo imponen así.
En efecto, en cada ecosistema existen una serie de fuentes de energía renovable (en Bolivia solar, hídrica y biomasa principalmente) que comparadas con las mega hidroeléctricas y termoeléctricas, pueden considerarse de pequeña escala, pero que son suficientes y perfectamente aprovechables en distancias cortas que no demandan excesivos costos de transporte o directamente conectados a la red local o del hogar. Es lo que se conoce como Generación Distribuida, aunque no hay coincidencia plena en el concepto, subyace en el mismo una visión opuesta a la forma de generación eléctrica centralizada que prima actualmente.
Por esto también se concibe que las energías renovables no son una alternativa al petróleo, sino una alternativa de organización social, su utilización exige que los seres humanos cambiemos muchos de nuestros hábitos y pensemos en ciudades y comunidades energéticamente inteligentes y eficientes.
La única manera de “exportar energía eléctrica limpia”, como quiere Solón, es como lo conciben los actuales funcionarios de gobierno: por medio de las mega-hidroeléctricas. Pero, por el impacto ambiental que implica este tipo de construcciones, es muy discutible si puede considerarse como limpia la energía que generan; es más, como la vida útil de este tipo de hidroeléctricas tiene un final, hay muchos que discuten si aún pueden considerarse como renovables.
“Cuidado con lo que deseas… se te puede cumplir” dice el refrán que habría que recordarle a Solón, pues, su deseo de “exportar” sólo puede lograrse realizando aquello a lo que dice oponerse.
Volviendo a la frase transcrita líneas arriba, me sorprende cómo una persona puede sintetizar tantos errores en un solo párrafo. Lo jocoso es imaginar cómo este señor, cuando representaba al país en las Naciones Unidas y vertía este tipo de afirmaciones, era el hazmerreír de sus interlocutores. Lo lamentable es que Pablo Solón no es el único.
Él sólo es el prototipo de la mayoría de los ecologistas, ambientalistas, anticapitalistas y antisistema que hoy día existen en el país. En mi criterio, gente que en el pasado ha utilizado el discurso ecológico y ahora utiliza el de las energías renovables como una fuente de financiamiento para su vivir bien; gente que ha hecho una cuasi religión de ello; gente que dice promover y defender las energías renovables, pero que no sabe/no tiene el más mínimo sustento científico, técnico y económico para ello.
Es, precisamente, de esa gente que hay que defender el aún incipiente movimiento a favor de la aplicación de las energías renovables y el ecologismo.
Por supuesto, que estoy en contra de que se destruya el ecosistema en el que se encuentra el estrecho de El Bala, más aún si se trata de un incierto proyecto de exportación de electricidad; por supuesto, que apoyo y promuevo la utilización de las energías renovables; pero soy un convencido de que el discurso fofo y vacío no es la forma de hacerlo.
Gustavo Rodríguez Cáceres
Cochabamba, 22 de julio de 2016
Bolivia: críticas a megaproyecto hidroeléctrico en El Bala
WRM - Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
La cuenca baja del Río Beni en el oeste de Bolivia, que abarca parte de la zona andina y parte de la Amazonía, está amenazada por la instalación de un megaproyecto hidroeléctrico, que está provocando gran inquietud a nivel de los pobladores locales, ONGs ambientalistas y círculos académicos.
El área abarca una superficie de 68.000 km2, presentando alturas que van de 6.500 metros s.n.m. a 200 metros s.n.m. en un tramo angosto del bajo Beni, conocido como el Bala. Este fue el lugar elegido para la construcción de la obra. Dadas las características de relieve e hidrográficas de la región en cuanto a su potencial para la generación de energía hidroeléctrica, desde hace cincuenta años se viene hablando de este proyecto.
A partir de 1998 se le dio un nuevo impulso declarándolo de "prioridad nacional" y ahora se encuentra en la fase de licitación para la elaboración de los términos de referencia de los estudios de prefactibilidad. Sin embargo la zona no es un "espacio vacío", como lo ven los planificadores desde esferas oficiales. Por el contrario, la misma comprende una riquísima flora y fauna, dado el gradiente altitudinal, que permite la existencia de diferentes tipos de ecosistemas forestales, como bosque tropical seco, selva húmeda y bosque pluvial subandino. Asimismo, en la cuenca hay cinco áreas protegidas, dos de las cuales --el Parque Nacional Madidi y la Reserva de la Biósfera y Territorio Indígena Pilón Lajas-- se encuentran en el área de influencia directa de la represa. Más importante aún, en el área amenazada habitan unas 1.000 personas, la gran mayoría de las cuales pertenece a culturas amazónicas tradicionales ---como los chimanes, los tacanas y los mosetenes-- pueblos que desde hace décadas vienen siendo sometidos a un proceso de aculturación por el avance de la frontera agrícola y la deforestación en sus territorios.
Un estudio recientemente publicado por el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE) revela los impactos ambientales, sociales y económicos de carácter negativo que el proyecto traerá consigo, en caso de ser ejecutado. La apertura de caminos significará --como ha sucedido en la Amazonía brasilera-- la instalación de vías de penetración para madereros, cazadores y colonizadores.
El llenado del embalse dejará anegada una superficie de 2.505 km2, enteramente ocupada por bosque primario, lo cual provocará la pérdida definitiva de la vegetación y la huida de la fauna local. El flujo hídrico, de nutrientes y de sedimentos se verá completamente alterado, lo que traerá consecuencias aguas abajo, afectando a la población campesina. Se teme que la baja calidad del agua que saldrá de la represa --por su alto grado de eutrofización-- la hará inutilizable. Por otra parte, si bien desde el punto de vista ingenieril la represa podría servir para la contención de las crecidas anuales que afectan a las poblaciones de Rurrenabaque y San Buenaventura, las últimas investigaciones en materia de conservación y manejo de ríos indican, por el contrario, que el mantenimiento de áreas de inundación natural resulta esencial para beneficiarse de la dinámica del curso. Incluso desde el punto de vista económico el proyecto resulta inviable, ya que la prevista venta de energía al Brasil no logrará compensar los gastos que implica la obra, para la cual, además, el estado boliviano deberá endeudarse aún más.
LA DEVASTACIÓN DE LA AMAZONÍA BOLIVIANA
Jean-Pierre LAVAUD
Un abismo separa los exaltados dichos del presidente boliviano en defensa de la Madre Tierra (Pachamama) de las devastadoras políticas forestales que implementa.
Según Antonio Donato Nobre, especialista en clima del Amazonas y autor de un informe titulado "El futuro climático de la Amazonía", el 40% del bosque de la Amazonia brasileña ha sido talado o dañado hasta tal punto que la selva ya no es funcional como un ecosistema.
Los países vecinos sufren la misma devastación. Un estudio realizado por la revista Science, en base a un mapa creado usando Google Earth muestra que Bolivia es uno de los seis países del mundo que han experimentado la mayor deforestación entre 2000 y 2012 . Según el informe sobre la deforestación Mapa de deforestación de las Tierras Bajas y Yungas de Bolivia, son 1,82 millones de hectáreas de bosques que fueron exterminados entre 2000 y 2010. Y la destrucción parece estar acelerándose: entre 2000 y 2005, la pérdida anual promedio fue de 195 000 ha; la de 2005-2010, se incrementó a 205 000 ha.
Según las estimaciones del Programa Nacional de Cambio Climático incluso llegarían entre 300 000 y 350 000 hectáreas . Del 1ro de julio al 30 de septiembre de 2013, Bolivia ha despejado una superficie 167% veces más extensa que el año anterior en el mismo período (de acuerdo con las imágenes captadas por el satélite MODIS), lo que representa para ese periodo la tasa más alta de deforestación en el mundo, frente a Madagascar y Ecuador. Esta devastación se traduce en la disminución de los recursos hídricos, la degradación de la biodiversidad y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, de manera que las emisiones de CO2 per cápita en Bolivia son más altas que las de Europa Occidental, mientras que su nivel de desarrollo es uno de las más bajos de América del Sur.
Esto no ha impedido que los defensores de la Pachamama se preparen, a partir de 2012, para la Agenda Patriótica del 2025, arrasar con un millón de hectáreas por año para cuadruplicar la superficie agrícola actual, so pretexto de garantizar la seguridad alimentaria del país . De hecho, sabemos muy bien que las tierras tropicales devastadas serán transferidas en gran medida a la lucrativa cría de ganado y al cultivo de semillas oleaginosas, con la llegada de semillas transgénicas y contaminantes de todo tipo. El resto se destinará a los colonizadores campesinos de los departamentos de tierras altas cuyos chaqueos y quemas sin discernimiento, junto a patrones de cultivo inadaptados al contexto empobrecen y arruinan el tejido de los bosques; entre sus filas se encuentran los cultivadores de coca, particularmente ávidos de tierras y tan menos contaminantes como los agroindustriales. En esta perspectiva, el gobierno despliega un extenso programa de colinización en los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz .
El Decreto Supremo nº 1578, promulgado el 7 de mayo de 2013 respalda la deforestación ilegal 5 millones de hectáreas de bosques, y especifica las modalidades de aplicación de la Ley 337 del Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques del 13 de enero 2013, que permite el cultivo del 20% de las tierras forestales (Tierras de Producción forestal, permanente). Pero bien, la deforestación del 20% de la Amazonía implica poner en riesgo la estructura del bosque, romper la continuidad de los ecosistemas, reducir la biodiversidad y los recursos tradicionales de subsistencia - la pesca, la caza y la recolección, como las almendras y las nueces de Brasil, y demás recursos esenciales norte amazónico de Bolivia.
Además, el gobierno se obstina en cuadricular con caminos los parques protegidos de la selva tropical amazónica. Después de empezar a cruzar por el medio el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Secure (TIPNIS) (departamentos de Beni y Cochabamba) - un proyecto temporalmente detenido, pero siempre pendiente – ahora ya también quiere construir una carretera 430 kilómetros entre Santa Rosa y Remanso (departamento de Santa Cruz), que atraviesa la reserva forestal del Bajo Paraguá y el Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Ahora sabemos que el camino atrae rápidamente a los colonos.
Y, por último, en su entusiasmo por convertirse en proveedor de energía eléctrica para los países vecinos - planea producir 13.000 megavatios en 2025, incluyendo 10.000 para la exportación, principalmente a Brasil - el gobierno inicia la construcción de enormes represas hidroeléctricsa en los afluentes del Amazonas: la represa de Cachuela Esperanza (departamento del Beni) y las represas del Chepete y el Bala (norte del departamento de la Paz y departamento dle Beni) previstas para producir 3676 megavatios. Estas inundarán parte del Parque Nacional Madidi de la Reserva Biológica (RB) y Tierra Comunitaria de Origen (TCO) Pilón Lajas, conocido por albergar una de las mayores reservas de biodiversidad en el mundo. Y se afectaría el hábitat de más de una docena de comunidades indígenas.
Esta amplia deforestación no sólo es la pesadilla de las organizaciones de protección del medio ambiente, nacionales e internacionales. En 2011, con motivo de la presentación del informe "Tras las Huellas del Cambio Climático en Bolivia", el representante de la ONU en Bolivia, Yoriko Yasukawa, dijo: "Si Bolivia no es uno de los mayores culpables del calentamiento global general [del planeta], creemos de todas formas que no ha hecho lo suficiente en cuanto a la reducción de [gases de efecto invernadero] si consideramos que destruye cada año 300.000 hectáreas de bosque ". Y pide al Gobierno de Bolivia que se tomen medidas enérgicas para limitar las emisiones. Unos meses más tarde, durante la celebración de “Día Internacional las Poblaciones Indígenas del Mundo”, Yoriko Yasukawainsistait se expresó sobre el hecho de que la deforestación afecta gravemente a los indígenas bolivianos. Afirmaciones diplomáticas y educadas, cuando la deforestación provocará simplemente la desaparición definitiva de los grupos selváticos.
Pero todo esto no parece perturbar a las autoridades nacionales. Para Evo Morales, las reservas forestales fueron creadas por "el imperio norteamericano" para ser intocables e intangibles, y no es admisible que ONGs y fundaciones controlen y decidan en nombre del movimiento indígena ... Quienes dificulten la exploración de los recursos naturales tendrán que salir de Bolivia ".
En 2010, cuando el país sufrió una ola de incendios devastadores, el jefe de Estado los llamó "fenómenos naturales", a pesar de que fueron el resultado de incontrolables quemas a propósito. Y tuvo a bien añadir que no era su culpa si no se tienen los medios para combatir estos incendios.
¡Cuánta seguridad al decirlo, y cuánta mala fe!
(Por la traducción: JCM. Aquí me salté las numerosas notas a pie de página que desarrollan y fundamentan los datos)