Bolivia

¿Qué significa la fusión Bayer-Monsanto?

bayer monsantoDespués de concretarse la unión entre las empresas transnacionales Bayer (medicamentos) y Monsanto (transgénicos - agrotóxicos) es necesario entender qué implica para las poblaciones en el norte y en el sur.

Duración: 16 minutos

Conduce: Maria Lohman

 


 

El gobierno con Monsanto: El avance de los transgénicos a pedido de la burguesía

Aporte de Abigail Plaza

El gobierno, junto a los agroindustriales del oriente, sistemáticamente avanza en la introducción de nuevos productos transgénicos en Bolivia. La política del MAS se alinea en la subvención al capital financiero imperialista a costa del medio ambiente y la existencia del pequeño productor agropecuario.

A pesar de la prohibición de transgénicos en Bolivia en la Constitución del MAS y un sinfín de leyes ambientales y del agro, el gobierno le ha dado un carácter flexible a las leyes cuando se trata de beneficiar a la burguesía nacional, intermediaria del capitalismo imperialista. La pasividad ante el avance de soya transgénica (99%), hoy primer monocultivo de Bolivia; la Cumbre “Sembrando Bolivia”(2015) en coordinación con la Cámara Agropecuaria del Oriente - CAO, Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas - ANAPO y la Cámara de Industria y Comercio - CAINCO; la política de importación de 400.000 toneladas de maíz transgénico para “salvar” la producción (2016) ante la sequia; el contrabandeo de maíz transgénico a cargo de EMAPA (2017) y el “acuerdo de oro” del 19 de diciembre entre el gobierno y los empresarios privados de Santa Cruz, que abre una política en función de la propuesta agroindustrial para incorporar más productos transgénicos, son un resumen de este avance sistemático con inevitables consecuencias catastróficas para el campesinado, la tierra y la economía nacional.

Detrás de los transgénicos esta la industria de la muerte

Detrás de los cultivos transgénicos se encuentra una industria enorme de agrotóxicos. La tecnología de modificar genéticamente una semilla no se trata del problema en sí. Esta tecnología abre la posibilidad de modificar alimentos para aumentar su valor nutricional, o volverlas resistente a sequías. Pero en manos de los monopolios de la gran industria capitalista del agro, el 99 por ciento de los transgénicos son creados para ser resistentes a los herbicidas y pesticidas como el glifosato como su exponente estrella. El glifosato que contamina la tierra además se propaga a través del viento, en la lluvia y en el agua. El envenenamiento de poblaciones vecinas a áreas fumigadas conlleva daños irremediables a la salud de sus habitantes. El glifosato está asociado a problemas en el sistema nervioso, respiratorio y reproductor, cáncer, deformaciones congénitas, y más. En Argentina, el mayor consumidor de glifosato, 1 de cada 5 personas mueren de cáncer, pero en las zonas fumigadas, muere 1 de cada 3.

El destino de la producción: monocultivos y tierras improductivas

Las políticas de cuidado de la semilla y cultivos  tradicionales con la producción transgénica son contradictorias e incompatibles.  Los cultivos transgénicos no conocen fronteras. Una vez que son introducidos en un nuevo territorio, resulta imposible continuar con la producción de semillas tradicionales. Esto se debe a que los pesticidas y herbicidas se fumigan desde el aire, matando los cultivos colindantes con semillas tradicionales. Es imposible evitar la contaminación entre ambas semillas, que se realiza por la polinización aérea.

En lo que respecta al medio ambiente, la disminución de fertilidad del suelo es sistemática, el cultivo de transgénicos va de la mano de la deforestación compulsiva (En Bolivia 200 y 300 mil has por año)  en favor de extender la frontera agrícola, contaminación del agua, muerte de la flora y fauna local, perdida en la variedad de alimentos y de la biodiversidad, en favor del monocultivo.

El campesino, un rehén de la industria transgénica

Con los transgénicos, la producción agropecuaria tradicional se vuelve totalmente dependiente de una industria en manos de grandes multinacionales del agro como Monsanto-Bayer, Singenta y Dupont, unidas al capital financiero internacional. Quien controla la semilla controla todo el proceso productivo.

El problema es social y consiste en que la producción nacional se vuelve subsidiaria al capital industrial y financiero imperialista. El modelo transgénico vuelve dependiente al pequeño productor de estos capitalistas del agro, no solo por la elevación intolerable del costo de producción sino también por aniquilación física. Cada vez son más campesinos endeudados y llevados al suicidio en el mundo. Las tasas de enfermedad y muerte por envenenamiento de los productores que trabajan y viven en su tierra llevan al denominado campo sin campesinos.

La burguesía, los grandes ganadores

El modelo de producción transgénico se basa en latifundio, y se apoya en burguesía nacional parasitaria y cuyos intereses están  unidos inseparablemente al capital industrial y financiero internacional, el gobierno es cómplice y lleva a una dependencia de la explotación de monocultivos. Esta dependencia, frena un proceso de industrialización nacional. Toda la orientación social de este modelo productivo, al igual que la megaminería y el fracking, se basa en la ganancia capitalista, a expensas del medioambiente y la vida humana.

El único fin de este modelo es la ganancia capitalista, buscando disminuir el costo de la mano de obra, y, por supuesto, reducir a la mínima expresión cualquier costo que implique la preservación del medio ambiente.

¿Cuál es el camino?

Ante este escenario de catástrofe nacional, a favor de una política pro imperialista del Estado, debemos poner en pie un modelo económico alternativo. Acabar con el latifundio y con la dominación del capital financiero, y desarrollar un plan de industrialización nacional, junto a un modelo de producción de alimentos sustentable, basado en una reforma agraria acorde. Un modelo económico basado en las necesidades de la población y no del lucro capitalista, expropiando toda la tecnología que la humanidad ha desarrollado, incluso la modificación genética de organismos.

Esto será posible, únicamente, bajo un gobierno de trabajadores y campesinos.